jueves, marzo 31, 2011

Sobre De Gennaro y Pino Solanas: ¿Protegerse?



La alineación sistemática de-lo-que-quedó-de-la-CTA más la movida "Unidad Popular" del Tano De Gennaro con Pino Solanas me generó algunas cosquillitas (?) internas. La primera, apuntó a lo mal que estaría leyendo la coyuntura el estatal respecto a la correlación de fuerzas. En segundo término y con un dejo de pena, me dió y me da la impresión de que se le pasó el cuarto de hora: entre 2003 y 2004 podría haberse posicionado como una opción real de poder desde un espacio de centroizquierda con estructura y llegada a cada uno de los rincones de las provincias, pero no.

Ojo, fácil resulta ahora, desde acá, achacarle responsabilidad de todo lo que le sucedió a la Central -bocanada de aire fresco frente al sindicalismo empresarial y emblema de la resistencia a la entrega noventista-. No conozco demasiado los pormenores como para emitir un juicio tajante. Pero sin dudas, lo que fue, no volverá a ser, hay que aceptarlo por más buena voluntad que haya.

Retomo. Esta nueva jugada del Tano como presunto candidato a gobernador de Buenos Aires, no me cerraba por ningún lado desde el primer momento que la escuché. No sé, me hacía ruido. Hasta que en voz alta, sin información sólida y apenas atando un par de cabos muuuuy sueltos, comencé en el aire a esbozar una modestísima teoría: De Gennaro quiere recomenzar su construcción política usando como condón a Pino Solanas. Me explico. Es harto sabido que el cineasta hará un sapo estruendoso en octubre, más cerca o más lejos del panradicalismo o la entente germánico-jocosa (?) Binner-Stolbizer-Juez: si llega al 7% es para descorchar a lo loco (?). Por eso, el futuro de Proyecto Sur así como está después de las elecciones, tal como sucede con los experimentos-rejuntados progres con base en centros urbanos, es igual al de los pobladores de Fukushima. Se va a dar la clásica rienda suelta kioskera legislativa de la bienintencionada progresía, donde cada monobloque cotiza en bolsa mientras Solanas retorna la senda de los documentales repletos de humo. Bueh, hasta ahí, medio un delirio de tannat. Pero, un amigo que leyó mi elucubración nocturna me mandó una nota de un diario del interior -no recuerdo cual era- donde se deslizaba, palabras más palabras menos, que De Gennaro "evaluaba ser cabeza de lista a diputados nacionales por provincia de Buenos Aires". Listo, chau, más redondo imposible. No estaba tan pifiao, pensé. No digo que sea así, pero no pareciera ser una locura.

miércoles, marzo 30, 2011

Clarín como Luís XIV: La oposición c'est moi



El vacío político alimentado por una oposición que no deja de sorprender por sus torpezas, la falta de liderazgos y propuestas superadoras, definitivamente es ocupado hoy por Clarín y todos sus tentáculos del poder económico. Clarín ya asumió el rol con decisión, harto de ver cómo esos patéticos esbirros fracasan de manera sistemática. Se cansó de orinarles la cabeza por las editoriales o a través de sus columnistas más reconocidos. Se les hinchó las amígdalas de tanto desfile estéril por todos los programas que se les pone a disposición, sin repreguntas y con tiradores de centros de precisión quirúrgica.




El acto de brutal sinceramiento del Grupo, potenciado de manera exponencial tras los comicios de Catamarca y Chubut, conlleva a su vez una desesperación sin precedentes, tal vez porque la percepción de una victoria kirchnerista en octubre tiene sabor a vómito contenido: rendición/negociación con condiciones o capitulación total. Esa desaforada estrategia que destila agonía tiene como objeto tensar la cuerda hasta la rotura, enturbiar la atmósfera lo más que se pueda, buscar el caos por debajo de las baldosas. Al haber pasado el tiempo de la ingeniería de las medidas cautelares y los telefonazos a juzgados amigos, le queda, como ancho de bastos bajo la manga,  la desobediencia a cualquier pretensión de legalidad posible: se pasará –como ahora- por las verijas la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, las resoluciones de la Afsca y todo aquel fallo judicial que obligue al Grupo a ajustarse a derecho. Con perversa inteligencia y los bolsillos temblorosos, buscará aún más cualquier tipo de sanción estatal para declamar intimidaciones, aprietes y arbitrariedades de un Estado sediento de caja y de poder.



Clarín se va a poner a la vanguardia del mosaico opositor con la bandera de la libertad, como el representante absoluto de la democracia frente a las tropelías y delirios autoritarios del Estado estalino-montonero-K. Será, más que nunca, “Todos Nosotros”, el orfebre con Alzheimer de una especie de Unión Democrática posmo y bajas calorías. Sacudirá con ahínco la cara negra y fea de Moyano, invocará a la bestia chavista, agitará los fantasmas de la violencia de los ´70, enaltecerá el fanatismo K y la avidez contractual de la juventud (corporizada en los hitlerianos de La Cámpora), con el único fin de espantar burgueses y despertar el enano fascista que habita en gran porción de la clase media.



La obviedad es tan grande que no debería sorprender. Clarín es la oposición real, no a un gobierno bueno, malo o regular, sino al sistema democrático en su conjunto: no es el diario o el canal, es el grupo empresario corporativo más poderoso del país que lo único que persigue es la sumisión de la Política a sus intereses. Los tiempos por suerte han cambiado y muchas de estas cuestiones, antes discutidas en antros inundados de humo, están al alcance de toda la sociedad. El desafío mayúsculo es saber si esa sociedad está dispuesta a ver tras el velo construido desde ese poder mafioso en los últimos 30 años.



Clarín, sin embargo, podría barajar dos opciones, como dice un amigo. El inconveniente es que no las puso en práctica jamás en su historia. Una, que Magnetto sea candidato. Otra, que haga periodismo.